domingo, 1 de enero de 2012

Crónicas Celestiales

Mi maestro Engel observábamos desde un saliente de la catarata aquel pueblecito, era pequeño y no tenía muchas casas; una iglesa, una posada, un gallinero, un establo, una tienda y los demás eran siete casas incluida la del alcalde.

Ser un ángel de la guarda no es fácil, es un trabajo complicado, a pesar de que se trate de un pueblo tan pequeño como Salto del Ángel.
De todos los nombres que podría haber escogido, elijo Ángela, y después de conseguir superar todas las pruebas que nos pusieron para que luego ¡Zas! Te pongan de ángel de la guarda en un pueblo que se llama Salto del Ángel, el resultado: Ángela, ángel de la guarda de Salto del Ángel.
Engel: ¿Ángela? ¿Hola?
Ángela: Perdona, estaba en mis pensamientos
Engel: ¿Y en quién estabas pensando?
Ángela: En nadie.
Engel: Creo saber quién es Nadie
Ángela: ¿Quién?
Engel se levantó y esbozó una sonrisa, ¿no se suponía que como mi maestro tiene que ser más maduro que yo y darme ejemplo?
Engel: Ezequiel.
Ángela: ¿¡Qué!? ¡No, claro que no!
¡Claro que no me gustaba Ezequiel! Un celestial no se enamora así como así.
Engel: Te ha costado enamorarte.
Ángela: Que no me he enamorado.
Engel: Es buena persona, muy majo e inteligente.
Ángela: Sé como es Ezequiel -.- es mi amigo por si no te habías enterado.
Engel: Aunque no me gusta que haga peleas con Drew para los de su pandilla. Pero he de reconocer que hacéis muy buena pareja.
Ángela: (me levanto) Tú déjale a él hacer sus combates que a ti no te tiene porque molestar. Bueno... ¿nos vamos ya?
Cogí la mochila del suelo y me levanté con un pequeño brinco.
Engel: No te impacientes, ya sé que tienes prisas por ver el nacimiento de los nuevos.
Ángela: Es que me asignaron una, ¿no te acuerdas?
Engel: ¿me lo has contado?
Ángela: Hace nada más ni nada menos que diez minutos.
Agarré bien mi mochila a mis hombros, flexioné mis piernas y di un salto lo suficientemente alto como para despegar.
Ángela: **¿Cómo se puede haber olvidado de que me asignasen un nacimiento? No es que a los ángeles de la guardia a los que recién le han otorgado el título les dejen acompañar a otro en su nacimiento. Pero que se olvide cuando fue él una de las personas que estuvieron organizando esto es algo impresionante -.-''**
Engel: No me he olvidado.
Ángela: No me has escuchado, ni escuchastes a los de la junta. Engel, tienes unos... 12.567.319 años y ya con tan mala memoria.
Engel: Oye, no te quejes, sólo tienes 11 años y ya eres ángel de la guarda.
Ángela: Ya sé que no todos son ángel de la guarda con menos de 1.000 años. Mira ya estamos, sí que hemos llegado pronto, buena suerte en la reunión.

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